Algunas veces, a lo largo de los últimos años,
colegas, amigos o alumnos, de forma aislada, me han “amenazado” cariñosamente y
graciosamente con la publicación de mis historias (evoluciones estratégicas
–como me gusta llamarles).
Honestamente, creo que siempre he considerado
exageradas las afirmaciones de que mis “evoluciones” o historias serian dignas
de interés para cualquier tipo de publicación. Sin embargo, en los últimos
meses, al tener que impartir una dosis inusual de clases consecutivas sobre resolución
de problemas de interacción humana, comunicación, mediación de conflictos en
organizaciones, y otras afines, me he encontrado en la situación habitual de
verme obligado a proporcionar ejemplos ilustrativos a los alumnos. Siendo
bastante avieso a los ejemplos de las clásicas intervenciones profesionales
estratégicas, empecé tímidamente a echar mano de historias y situaciones
vividas o sufridas en primera persona, en los más diversos ámbitos y contextos.
Quizás me he incluso liberado de un determinado pudor relativo a cosas que
consideraba privadas o hasta intimas. Poco a poco empecé a darme cuenta de algo
importante: realmente mis historias vitales no eran dignas de tales
publicaciones como afirmaban mis simpáticos colegas sino que se trataban de simples
“evoluciones estratégicas” que podrían ser de gran utilidad a la hora de
ilustrar lo que pretendía transmitir a mis alumnos. Siendo así, admito que mis
escritos puedan también aportar otro tipo de “ilustraciones” a quien se quiera
arriesgar a seguirme en tales elucubraciones.
La vida de cada uno de nosotros acaba por
revelarse un conjunto de concatenaciones de acciones estratégicas que nos
permite ir avanzando, eligiendo mejor o peor, superando obstáculos,
desviándonos o evitándolos, llevándonos a alcanzar metas por veces inesperadas.
Por lo tanto, en esta fase de mi vida,
particularmente fértil en dichas evoluciones estratégicas, creo haber
encontrado el momento para intentar anticiparme a los que cariñosamente me
querían “plagiar”, creando este blog.
Hay algunas reglas particulares que creo poder
reconocer con bastante constancia en mi recorrido vital que ya empieza a
exhibir los galones de haber cumplido medio siglo:
-“Hasta el viaje de mil millas empieza con el
primer paso.” Lao Tse
-“Actúa siempre de forma a que aumentes tus
posibilidades de elección” Von Foerster
- Las crisis conllevan oportunidades.
- Se puede abandonar un campo de batalla solo
después de demostrar que podemos permanecer en él. Si lo abandonamos, antes de
poder demostrarlo, se trata de una fuga. Y todas las fugas nos dejan heridas
incurables.
Como escribía mi ilustre compatriota, el poeta
Fernando Pessoa, “todavía llevo encima las heridas de las batallas que no he
disputado”.
Siguiendo la tradición familiar que me precede
de “hombres de lucha”, la creación de este nuevo blog responde a la
necesidad de poder dejar constancia de mis historias, opiniones y puntos de
vista intentando no ser demasiadamente condicionado por el ámbito profesional,
en el cual escribo y participo en blogs y grupos de debate temáticos así como
en otro tipo de publicaciones. Creo que aquí no puedo prometer tanta
“profesionalidad”.
Toda la “tinta” que correrá por estas líneas
es asumida en primera persona y, por supuesto, me reservo el derecho de ser
contradictorio, paradójico, mostrarme ilusionado o desilusionado con base en
mis creencias, tal como cualquier mente humana se reserva el libre derecho de
pensar.
En lo que respecta al derecho a la libre
expresión, mi sentido ético me impulsa, en ciertos aspectos, a ser más comedido
de lo que me podría ser permitido por las garantías de un estado de derecho.
Así mismo, siempre que considere necesario, fusionaré realidad con ficción,
permitiendo que cada uno pueda revivir las situaciones que reconozca, sin que
sea necesario recurrir a la falsedad ni tampoco a la virtual crucifixión de
quien a ella podría haber sido condenado en otras épocas milenarias.